Cuántos minutos
Es mediodía en la Toscana y Salvatore me pregunta si quiero un poco más de gasolina, señalando la taza de café.
En el barcito de San Ambroggio, del que cuelgan retratos y retratos en blanco y negro mostrando a quiénes ahora sirven el café cuando apenas alzaban metro veinte del suelo, el café no sólo es gasolina sino que tiene el precio que le correspon…
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